De nuevo en ese periodo de presentación de declaraciones y de nuevo surge en muchos sitios el debate sobre las casillas que destinan el 0,7 por ciento de la asignación tributaria a determinados fines (sostenimiento de la Iglesia Católica u otras actividades de interés social).
Mi parecer particular es el de no marcar ninguna. En alguna ocasión maqué la de ''otros fines'', pero desde hace ya tiempo creo que lo más coherente con mis principios es no marcar ninguna de las dos.
¿Por qué? Por un lado, porque tengo la convicción firme de que todas las confesiones religiosas deben procurar los ingresos para su sostenimiento económico a partir de las propias aportaciones de sus fieles, usando sus canales internos de recaudación (colectas en sus actos litúrgicos, cuotas, donaciones). No comparto que reciba dinero desde lo recaudado por una administración/estado, que además de aconfesional debería (para mí) desarrollar un laicismo radical.
Pero en lo que se refiere a las actividades de interés social, la administración ya debería (para mí) contemplar también en sus presupuestos generales partidas de apoyo o ayuda es esas actividades. Además, considero que el mero hecho de que esta casilla aparezca en la declaración solo una excusa para poder poner también la primera, destinada a la Iglesia Católica.
Para más inri, marcando cualquier casilla (o las dos) se reduce lo aportado a la hacienda pública, es decir, un perjuicio para todos. Sin olvidar el dislate de dinero gastado cada año en las campañás publicitarias por este tema.
En definitiva, que para mí la única opción coherente es no marcar ninguna.
Me gustaría escuchar vuestras opiniones al respecto, incluso aunque no presentéis declaración.
