Prueba bajando las frecuencias de GPU y memoria con algún programa como Rivatuner a ver si de esa forma se muestra más estable, en caso de ser así las sospechas seguirían centradas en la fuente o la propia gráfica, claro que esos síntomas pueden apuntar a casi cualquier componente. Cuando falla la tarjeta suele dejar de enviar señal de vídeo al monitor, pero al reiniciarse el ordenador también da la impresión de que la fuente no puede con todo, aunque debería ser suficiente. A veces la avería de la tarjeta está localizada en el regulador de voltaje (VRM), de ahí que los problemas se manifiesten sobre todo en juegos o reproduciendo vídeos, bajo situaciones de mayor carga gráfica.