Ser fanboy de una consola es como enamorarse

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Los fanboys de las consolas siempre han estado ahí. Desde los tiempos de Nintendo contra SEGA, o incluso antes, la industria del videojuego ha vivido el fenómeno fan con pasión. Unos sacan uñas y dientes para defender a su marca predilecta mientras que otros, en la oposición, hacen lo propio. A veces se llega hasta a justificar lo injustificable.

Algunos seguidores de una marca, sea cual fuere, parecen hasta estar enamorados de la misma. Y no lo decimos nosotros, lo afirma el doctor David Lewis-Hodgson, autor de The Brail Sell, director del Mindlab Internatonal y experto en las reacciones químicas que nos llevan a actuar de manera apasionada en la defensa de productos de entretenimiento.

En sus propias palabras al medio anglosajón Kotaku: "En ocasiones tarda cierto tiempo en generar ese tipo de conexión irracional con un producto. A veces es como enamorarse. Lo que sucede es que te ves envuelto en un tsunami de un neurotransmisor llamado dopamina en el cerebro que te da una descarga enorme. Esto mismo sucede con los productos".

Las conclusiones de Lewis-Hogson parten del análisis del comportamiento de consumidores concretos que "se vuelven adictos a los productos" y que hasta "se deprimen" ante la ausencia del mismo. Al investigador no le cabe la menor duda sobre la comparación entre una relación de amor con otra persona y la conexión existente entre un producto y el fanboy.

Meristation
Eso explica el por qué de tanto odio a Nintendo y Microsoft, les han roto el corazón y están despechados.
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