No Sientas Temor A Mirar El Amor

Las personas entran a formar parte de nuestra vida por una razón, por una temporada o por la vida entera. Cuando descubres por qué han llegado, sabes exactamente como se incrementa el amor.

Cuando alguien entra en nuestra vida es por alguna razón, es por lo general para llenar una necesidad. Llegan para ayudarnos en las dificultades ofreciéndonos su guía y apoyo, para ayudarnos física, emocional o espiritualmente. Puede que nos parezcan un regalo del cielo y realmente lo son. Están ahí, por qué necesitábamos que estuvieran allí. Entonces, sin que tú hayas hecho nada incorrecto o en un momento poco conveniente, esta persona dirá o hará algo que dará por terminada la relación. A veces mueren, a veces se van. A veces se portan mal y te fuerzan a tomar una determinación. De lo que debemos darnos cuenta es de que nuestra necesidad ha sido cumplimentada, nuestro deseo concedido; el trabajo de ellos está hecho. La plegaria que enviamos ha sido contestada y ahora es tiempo de seguir creciendo. De esperar la próxima relación.

Muchas personas me preguntan ¿por qué no puedo tener una nueva relación? Tal vez es porque aún todavía no has completado la anterior. En nuestras mentes y en nuestros corazones nos aferramos a nuestros recuerdos, a ciertas vivencias, a algunas personas, incluso mucho después de que se han ido. A veces puede que nos apeguemos al enfado, al sufrimiento o al dolor. Puede que estemos almacenando pensamientos de venganza o de destrucción. O que revivamos en nuestra imaginación recuerdos románticos de momentos especiales, usándolos como una regla para medir a cualquiera que llegue a nuestras vidas. Nos agarramos a nuestras vivencias, salvaguardando nuestro corazón, protegiéndolo del dolor, mientras nuestras mentes permanecen llenas de recuerdos y dudas. Creemos que nuestros sueños se han destruido y que nunca se harán realidad. Atándonos a todas estas cosas ¿cómo va el amor a penetrar en nuestro corazón?.

Tenemos que aprender a cerrar la puerta de las viejas relaciones. Tenemos que reciclar la basura emocional, liberar los desperdicios y refrescar nuestros corazones y nuestras mentes, preparándonos para recibir al nuevo invitado. El amor siempre llama a nuestra puerta, pero ¡ojalá! que siempre podamos oír su dulce llamado.
Todos precisamos amar y ser amados y aunque esto nos parezca uno de los mayores desafíos de la vida, crear relaciones amorosas es una necesidad vital para mantener nuestra salud psicológica. Amar exige el desarrollo de habilidades sociales, mucha práctica y un mutuo compromiso de crecimiento. Para amar y ser amados precisamos dar sin expectativas, y recibir sin exigencias. Ese amor del que te hablo no es simplemente un ideal, es algo que podemos realizar si nos lo proponemos. A medida de que crecemos en amor hacia uno mismo, la capacidad de amar y ser amado también crece automáticamente.



El amor es inmediatamente realizado cuando nuestros corazones permanecen llenos y rebosantes. Es muy fácil amar cuando nos sentimos confiados y amados por los otros. Es difícil cuando estamos negativos y carentes. En esas ocasiones es necesario girarnos hacia nuestro interior y entregarnos a nosotros mismos, cuidándonos, resolviendo las emociones negativas y sanándonos con el perdón.

Algunas personas se programan como mártires. La culpa asfixia el amor que reside en su corazón. No se aman y creen que nunca serán amados. Tienden a crear enredo tras enredo, una crisis tras otra permitiendo que los demás los pisoteen. Terrible situación, mientras vivan en la culpa no podrán sentirse responsables por lo que no logran. Están demasiado ocupados en disolver enredos, pensando que hacer, o si deben hacer algo. En la vida no hay garantías, pero lo que si es seguro es que vamos a cosechar lo que sembramos. Si te amas al cien por cien amarás también al cien por cien y recibirás el cien por cien del amor de los demás, por qué lo que no es amor siempre acaba desapareciendo en presencia del verdadero amor.
lo se pero como no se cambio de sitio pues quiera compartirlo aqui
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