Sacar al perro

Hola a quien lo lea.

El año pasado de vacaciones en un momento de soledad me dió por escribir algo, y ese algo aquí está.

Alguno de estos días sin exámenes me pondré a crear algo más reciente...claro que si lo creo ya será automáticamente reciente... (suspiro)... si es que escribimos sin pensar.

¡Me voy corriendo que me ha visto! ¡Hay Hay! ¡Que me coge!


Sacar al perro
El salón está iluminado por la intermitente luz de la televisión y por una pequeña lámpara que extiende tonos amarillos por las paredes.
Por la respiración que el silencio trae consigo recuerdo que mi perro sigue con vida y el cosquilleo de mi vejiga me solidariza con él para sacarle a pasear.
Orino en el lavabo sintiendo en mi espalda la mirada envidiosa de mi mascota, al acabar me asomo al balcón y la coqueta noche me engalana para salir a pasear.

Me gusta la calle que hay detrás de mi casa porque solo tiene dos farolas que funcionan, le da un aspecto de lienzo, a veces busco la firma del pintor pero solo encuentro “Paco x Susi” y “Aquí cagué yo” por los muros.
Mientras reflexiono sobre el sentido de la vida mi perro evacua en una postura que se me antoja incómoda, en el momento en que se cruzan nuestras miradas me siento un poco "Voyeur" y le doy la espalda para procurarle un poco de intimidad.
Al moverme escucho de manera muy sutil una pequeña melodía. Premio a mi imaginación por este inesperado hilo musical, pero el incremento de volumen al desplazarme y la virtuosidad de las notas que supuestamente imagino me impide creer en mi talento como compositor mental y me hacen saber que debe ser un sonido real.

Camino por la calle hacia la melodía, evaluando mi conocimiento instrumental decido que lo que escucho es un saxofón.
Mi ya presentada imaginación ha concebido el creador de tal sinfonía como un regordete con gafas de sol tocando en algún oscuro portal.
Decido poner un suspenso como nota final a mi poder imaginativo pues lo que veo al voltear la esquina de la calle en un balcón es la silueta a contraluz de una mujer desnuda besando un saxofón, hay cuatro gatos sentados delante de ella.

Resuelvo que cuando mis amigos me decían “estás loco” no era una manera de ensalzar mis ocurrentes comentarios sino de aconsejarme poco sutilmente un psicólogo. Continuo observando la venusiana estampa de la mujer, el saxofón y la melodía sabiendo que forman parte de mi locura.
Seguramente mi cordura se fue de casa cuando descubrí que el Vaticano es oficialmente un país, o cuando…bueno, tanto da.
Supongo que en realidad mi estancia actual debe ser una camilla en cualquier centro de salud mental (manicomio para los amigos) con la cabeza rapada, tranquilizantes por mis venas y con las extremidades bien sujetas.

Decido que no es una alucinación lo que mis ojos y oídos aprecian gracias a los gritos sacrílegos del caballero (vecino de la mujer) que se está acordando de la familia de la saxofonista.
El concierto duró hasta que la policía aconsejó a la mujer con la pertinente multa que dejara de tocar el instrumento de los vecinos tocando el suyo a esas horas.

Me giro hacia mi descompuesto cuadrúpedo y con una mirada de complicidad decidimos volver a casa.
Mientras mi taxi de pulgas vuelve a oler orines yo me sorprendo descubriendo el sentido de la vida, parecía más complicado de lo que es, la vida consiste en…claro que si lo revelara sería quitaros la sorpresa.
Prefiero mantener el secreto y que un día cada uno de vosotros lo descubra. Mientras seguiré paseando con mi perro por las noches.


Un saludo
Me ha gustado, realmente me ha gustado, sobretodo la forma de describir. Es una de esas historias que te deja pensativo al terminar de leerla, filtrando la mirada a través del monitor y perdiéndose a años luz del lugar del crimen.

¿Finalmente la mujer del saxo es una imaginación o es real?

Sigue escribiendo tus cosillas [oki]
Hola a quien lo lea.

Si la mujer del saxofón es real, el que duda de esa imagen es el personaje que pasea, duda porque es algo nuevo que no espera encontrarse y decide que en lugar de ser real debe de ser una alucinación.

En este texto quería pasear un poco por esas cosas que nos chocan al verlas y pensamos "Esto no puede ser" pero si lo estamos viendo es que normal si que es. Además, cuando me ha pasado alguna vez a mi ha sido por la noche o estando solo (en este texto he juntado las dos).

Una vez vi a un perro sentado en unas ramblas solo, allí, en medio de las ramblas sentado, no tumbado, y sin dueño ni nada. Es una imagen inquietante.

Otra vez vi a cinco chinos vestidos de rosa chillón con lentejuelas paseando tan tranquilamente.

Y no recuerdo más pero hay muchas más situaciones de estas
(todos juntos: ¡Viva la redundancia!)

Un saludo.
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